¡Organo de Difusion Virtual del Colectivo Trazando Senderos de la Universidad de Chile! - trazando@gmail.com

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20 de junio de 2009

Crónica de un Fracaso Anunciado

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CRÓNICA DE UN FRACASO ANUNCIADO
El Chile mágico de la Confech y el gobierno


Para nadie es novedad que actualmente el sistema de educación superior se encuentra en un proceso de reformulación. Por un lado está el gobierno, parchando eternamente un barco que hace aguas desde hace ya 30 años, peleando o coqueteando ambiguamente con la derecha pero que pese a todo van en sintonía escribiendo leyes para ayudar al mercado. Por otro lado algunos estudiantes y dirigentes, que intentan hablar a nombre de las mayorías, hacen lo imposible por movilizar a compañeros que parecen no querer salir a la calle…

¿Pero acaso fuimos invitados al debate del que salieron las propuestas que exhiben a nombre de todos?



¿Puede pertenecerle a los estudiantes una reforma a la Educación Superior que no ha surgido ni ha sido ni siquiera revisada por ellos?


Estas preguntas pueden ser leídas como una queja sin fondo contra las “buenas intenciones” de nuestros dirigentes, pero no se puede obviar así como así la presurosa imposición de ideas mal pensadas, que responden más a ambiciones de posicionamiento en el año electoral que a una reflexión profunda a la altura del tema que tratamos: el sistema de educación superior y su relación con las mayorías o el pueblo. Como están las cosas, al momento en que se pretenda imponer una ley sobre educación superior serán pocos los compañeros y poca la resistencia posible.

Evidentemente, no todo cambio es un (buen) cambio real y así lo demuestran con delirio de elocuencia ambos bandos. Lo primero es que, aunque sin duda entre la ensalada de ideas hay varias valorables y que deben ser impulsadas, se puede notar que varias de las propuestas del gobierno y las organizaciones conocidas y federaciones de “izquierda” parecieran ser redactadas por los mismos asesores técnicos:

  1. El aumento del gasto público a los quintiles más pobres en la misma lógica de subvención que lleva 20 años duplicando y triplicando gastos mal gastados;
  2. La propuesta de que el Estado financie universidades privadas que produzcan “bienes sociales-públicos” (que nadie entiende qué significa) consolidando la privatización de la educación superior;
  3. La propuesta de que la PSU (reconocida por derechas e izquierdas como filtro socioeconómico) no se elimine sino que se perfeccione con otros instrumentos;
  4. Que las familias deban pagar aranceles para que sus hijos estudien en Universidades Públicas (Chile es el único país con esta práctica en el mundo);
  5. La reformulación del AFI de modo que beneficie a universidades privadas; entre otras propuestas, son las que le sugiere al gobierno actual y futuro que no deberá preocuparse por movilizaciones pues “estamos todos de acuerdo”.

Por otro lado, el problema más grave es que las buenas propuestas son insuficientes pues resuelven aspectos parciales y dejan de lado aspectos que NECESITAN ser abordados. Por ejemplo, respecto al acceso se piensa en financiar a estudiantes pobres que lograron entrar a la Universidad, pero la realidad es que de poco sirven las becas y créditos para pobres pues el sistema de acceso les impide ingresar a la U, y si lo logran no obtienen puntajes ni requisitos para acceder a becas. Es más, cuando alguna institución a propuesto mecanismos que tiendan a solucionar el problema, se ha encontrado que la constitución misma lo impide (no se puede favorecer al pobre para entrar a la U porque significa discriminar al indefenso rico). En este sentido, la pregunta real respecto al acceso es más bien cómo lograr que los sectores populares ingresen efectivamentea la Universidad para satisfacer sus necesidades de educación al igual que son satisfechas las de los ricos, entendiendo que la educación es un derecho básico y no una cuestión de billeteras.

Otro ejemplo igualmente grave: se plantea que el Estado puede pasar plata a Ues privadas que produzcan bienes públicos, pero nada se dice de que no lucren con dinero de todos los chilenos. ¿Cómo puede ser que un bien público pueda ganar dinero a costa de nuestros bolsillos? Esto da cuenta de la precaria noción de lo público que existe en Chile, ¿Acaso Wal-mart produce bienes públicos al donar a su nombre los pesos del vuelto de quienes compran en sus supermercados? Quizá entonces el Estado debiera regalar dinero a las empresas en tan nobles cruzadas de solidaridad. Una forma similar de entender “lo público” es plantearlo como lo que tienda a suavizar (o camuflar) la pobreza, la marginalidad, la precariedad o la explotación descarnada que viven millones de chilenos, pero… ¿No debiera mejor entenderse “lo público” como lo orientado a resolver los problemas de la desigualdad de clase (en todo ámbito: cultural, económica, de derechos, educacional, etc.) existentes en nuestro injusto país? Por lo demás, es dudoso pensar en bienes sociales públicos en un sistema que maquilla como público lo que no lo es para usarlo como eslogan (que mejor ejemplo que nuestra Universidad).

Lamentablemente, no se saca nada con hacer un análisis más crítico que otro si se cae en propuestas progre en algunos aspectos manteniendo en pésimas condiciones otros, aunque es valorable que a ratos organizaciones más pequeñas logren mayor profundidad analítica que las supuestas grandes organizaciones de izquierda que juegan peor a tirar candidatos, u otras que ni siquiera tienen propuestas.

Así las cosas, por culpa de la ingenuidad política más asombrosa, los representantes de varias izquierdas viejas y nuevas van facilitando que el sistema de educación superior se acomode y adapte a las nuevas necesidades del modelo económico. Y es que el crecimiento desigual va avanzando y se requieren ajustes, aquí y allá, para que las cosas se mantengan igual que siempre.

Esto es preocupante para todos. Algunas dirigencias han visto perplejas cómo las convocatorias a movilizaciones reúnen menos gente que pichanga de barrio, y han optado por decidir que la solución es hacer un Congreso cuyas resoluciones serán luego refrendadas en un gran plebiscito gran. Pero si nos detenemos a pensar un momento, surge la pregunta de en qué medida un Congreso puede sacar resoluciones que representen al movimiento estudiantil, cuando dicho movimiento ni siquiera está constituido. ¿Irán al congreso acaso quienes no asisten a las marchas? Bajo esta perspectiva parece ser que en dicha instancia tan solo asistirán los representantes de las organizaciones organizadoras y es bastante dudoso, por decir lo menos, que aquellos seres expresen la voluntad de las mayorías, especialmente considerando las torpes propuestas que sustentan.

Algo similar sucede con el famoso referéndum, y es que si no existen en nuestro entorno al menos las nociones básicas sobre como solucionar la decadencia de nuestra educación superior, si no nos hemos constituido en movimiento estudiantil capaz de discutir y disputar propuestas serias mediante movilizaciones, un Congreso o una consulta, por muy interesantes y útiles que puedan ser en determinados contextos, tan solo servirán para legitimar las posturas miopes que actualmente se encuentran sobre la mesa; ya no serán entonces malas ideas de poéticos dirigentes incomprendidos: serán malas ideas de todos, al menos para ellos y la opinión pública.

Es difícil entender esta porfiada tendencia de la izquierda a tomar atajos que terminan en fracasos una y otra vez. Solo queda por mientras la opción más realista y a la vez compleja de generar un debate profundo sobre los problemas que se enfrentan en la educación superior en Chile actualmente y la forma de resolverlos, y mediante dicho diálogo ir afinando y perfeccionando nuestras apuestas, para que a la hora de la verdad seamos cada vez más compañeros los que defendamos posiciones propias, y no sólo un puñado de dirigentes pateando piedras.

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19 de abril de 2009

Nuevo Trato con el Estado = Universidad Publica para consolidar el Modelo Neoliberal.

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Durante los últimos meses se ha venido desarrollando un intenso debate entorno a la definición de una nueva política para educación superior, cuyos primeros avances se conocerán en abril según plazos del MINEDUC.

La prensa escrita, oficinas ministeriales, junto a las altas cúpulas políticas y tecnocráticas del país han sido sus escenarios. Altos funcionarios, rectores, expertos nacionales e internacionales, sus actores. Pero una vez más los estudiantes y el pueblo no hemos estado presentes. Ante este escenario, en el cual por arriba reina la discusión y la disputa por incidir en los futuros de nuestra educación mientras que por abajo el silencio y desorganización, es que debemos convencernos de que nuestra fuerza masiva y organizada es necesaria para buscar colectivamente los nuevos caminos de la lucha por la educación, que creemos convergen con otras luchas sociales en la necesidad del cambio social.

¿Cómo surge la idea del “Nuevo Trato”?


Una de las voces que más ha resonado en este debate al interior de nuestra universidad es la del “Nuevo Trato con el Estado”, impulsada por el rector Víctor Pérez (U. de Chile) con el apoyo del Consorcio de Universidades Estatales. Pero ¿Cómo surge esta propuesta?

El origen del concepto de “Nuevo Trato” es difuso. En un principio (2006), nace desde los estudiantes como discurso aglutinador de la comunidad universitaria para exigir al Estado la dignidad que las universidades públicas se merecen. También fue la bandera de lucha que levantaría el rector Pérez en su carrera para acceder a dicho puesto, blanqueando con ello su anterior vinculación al grupo político del ex rector Jaime Lavados, conocido por sus medidas antidemocráticas y privatizadoras.

Al año siguiente (2007), la Fech decidió movilizarse con un pliego de demandas internas, entre las cuales estaba hacer un Encuentro Universitario Triestamental para decidir los principales lineamientos que redefinirían la relación entre el Estado, la U y la sociedad chilena, como forma de darle contenido a ese genérico “Nuevo Trato”. Tanto el petitorio como las formas de movilización fueron zanjadas mediante una polémica consulta estudiantil o referéndum muy criticado por amplios sectores estudiantiles y que terminó por cerrar discusiones sin siquiera haber comenzado en los espacios locales, con la intención de forzar la creación de un hito político que a la larga sólo simbolizó el vaciamiento de nuestra federación.

A pesar de toda la debilidad de los estudiantes, rectoría acordó en negociación que se haría un Encuentro Universitario y unos meses después se llevó a cabo. Éste no logró convocar participación masiva y gran parte de sus conclusiones fueron reformuladas en las instancias superiores que redactaron el documento final. Finalmente, en enero 2009, el rector lanzó al público un folleto titulado “Nuevo Trato con el Estado” que recogía algunos matices del Encuentro Universitario,

Nuestra falta de fuerza como movimiento estudiantil, al relegarnos a espacios de participación formal, terminó por legitimar la propuesta de avanzada del Rector. A su vez, paradójicamente fue él quien puso en el tapete una “defensa de la universidad pública” de mejor manera que nunca los estudiantes lo habían podido hacer, en ese sentido, se apropió con éxito de varias demandas estudiantiles para hacerlas digeribles por el modelo.

El debate actual y el “Nuevo Trato”



El “Nuevo Trato” es la propuesta con la que los rectores de universidades estatales han estado peleando para influir en la próxima definición de una nueva política de educación superior. Es en relación a esa discusión que podemos comprender su significado real: una defensa de la universidad pública que profundiza su mercantilización.



El “Nuevo Trato”, en el papel, consiste principalmente en demandar para las universidades estatales un aumento del financiamiento mediante el mejoramiento del aporte basal al presupuesto e instauración de un sistema de convenios de desempeño, y una reforma al marco legal con el propósito de facilitar una administración acorde a los criterios de eficacia mercantil. Mientras que en términos sustantivos significa poner a las universidades estatales en condiciones de competir de igual a igual con las privadas en el mercado de la educación superior, según han manifestado varios rectores. En otras palabras, de lo que se trata es de consolidar una universidad “pública” para el neoliberalismo.


Si bien este debate ha parecido una batalla épica, lo cierto es que el consenso es mucho más grande que las diferencias. Desde la neoliberal OCDE (organismo internacional que ha asesorado al MINEDUC durante las últimas décadas), hasta nuestro “progresista” rector, pasando por José J. Brunner y el propio ministerio, los puntos de acuerdo son tan claros como contundentes: la educación superior es una mercancía, las universidades deben relacionarse entre sí y con la sociedad chilena a través de lógicas de mercado, y el mercado educativo debe someterse a reformas para solucionar las problemáticas que siendo innecesarias de mantener para el funcionamiento del modelo resultan demasiado irracionales como para poder asegurar la prolongación de la baja conflictividad social en el sector. Mientras que los puntos de discusión guardan relación únicamente con la intensidad y formas concretas con que el Estado debe dirigir su apoyo a las universidades privadas, reflotando la discusión, tan añeja como ajena al pueblo, sobre si la educación pública debe ser estrictamente laica o también podría ser de inspiración religiosa: en esta discusión de una u otra manera el que pierde seguimos siendo nosotros.


En nuestra universidad, el “Nuevo Trato” se ha presentado como una vía para el fortalecimiento de “la Chile”, lo cual concretamente ha dicho el rector debe concretarse en mejorar su competitividad ante el mercado educativo nacional e internacional y mejorar la excelencia académica –que no es lo mismo que calidad-, como medidas para formar a las “elites progresistas” del futuro. Este proyecto, que no es más que la cara interna del proceso nacional, en la práctica ha demostrado ser una apuesta por la desvinculación del quehacer universitario respecto de las necesidades y sueños del pueblo –pues resulta poco competitivo hacerse cargo de ello-, a la vez que una forma particular de producir más desigualdad social –pues por muy “progresistas” que sean las elites que se quiera formar no dejarán de ser élites-.


Porque organizados somos fuerza, ahora es cuando.


Por esto, es necesario pasar a la ofensiva, lo que consiste principalmente en tomarnos en serio el avanzar hacia reconstruirnos como movimiento estudiantil, teniendo claro que nuestras pequeñas victorias no deben ser oportunidades para afinar el modelo con maquillajes progresistas o legitimar la conducción de algunos dirigentes que les gusta sonreír con la idea de que “estamos cambiando el mundo”, sino que deben ser el sustento con el que vamos creciendo colectivamente como parte del movimiento popular y fortaleciendo la opción por el cambio social.

La invitación ya está hecha: a construir fuerza organizada y demostrar en la práctica que no hay reforma neoliberal por más progresista que se pinte que pueda dar término a las luchas por la recuperación de la educación chilena.

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16 de abril de 2009

Este 16 de Abril todos y todas a la calle.

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Aunque nos digan a diario que la crisis es cuestión de economistas y expertos, los que viven sus consecuencias cotidianamente no son más que los millones de hombres y mujeres que sostienen en sus espaldas un "crecimiento" que beneficia a un puñado de empresarios.

No se trata sólo de números y curvas, sino de pobreza, de incertidumbre, de la habitual injusticia y mayores dolores de cabeza para las familias chilenas. Hoy, más allá de los discursos del gobierno, la derecha y "los excluidos", la crisis se manifiesta: la cesantía se dispara por sobre los dos dígitos y los puestos trabajo escasean casi tanto como la solidaridad de los patrones, que gustosos ofrecerán más puestos a cambio de menores sueldos y una jornada laboral más larga (es lo que llaman flexibilidad laboral).

Es un hecho, la explotación se multiplica y la crisis se convierte en una escusa para consolidar las ventajas que vemos a diario en los ricos y poderosos, porque tampoco era necesario tener la crisis en frente para darnos cuenta de que el modelo está hecho para unos pocos y que para las mayorías solo hay mentiras y promesas electorales.

Por eso recordamos que este 16 saldremos a marchar como podríamos hacerlo todos los meses, porque los sueldos miserables no son cosa de crisis sino de todos los días; en todo esto muchos estudiantes también pagan la cuenta, cuando se nos disminuyen las becas, los créditos solidarios y los beneficios, aumentando las deudas y dificultades. Pero el descontento acumulado por los sacrificios y las humillaciones cotidianas podemos (y debemos) transformarlo, tarde o temprano, en organización y protesta popular.

Somos los estudiantes y los trabajadores los que saldremos a marchar, y no es algo nuevo pero sigue siendo auténticamente necesario, pues más allá de la convocatoria de una CUT decadente y secuestrada por intereses de cúpulas políticas electoralistas, estaremos presentes porque entendemos la necesidad de la UNIDAD del Movimiento Popular, del cual los trabajadores y estudiantes formamos parte. Sabemos que debemos estar juntos porque los de arriba están bien organizados y los de abajo parece que todavía no salimos del pantano.

Sin embargo, este 16 también es una fecha para preguntarnos por qué algunos de nuestros padres no salen con nosotros, o qué pasa con todos aquellos que no pararán de trabajar (trabajadores de empresas pequeñas, sin sindicatos, los trabajadores independientes, las dueñas de casa, etc), y con todos aquellos que no han cuestionado sus precarias condiciones porque sencillamente no pueden por el angustiante ritmo de vida que se les impone. Por ello, esta movilización nos mostrará también lo mucho que queda por construir en el movimiento popular. Esta es una marcha para seguir avanzando en la construcción de una fuerza material que permita cambios.

Este día no podemos menos que hacer un enérgico llamado: ¡Salgamos a la calle! ¡Protestemos junto a los trabajadores y junto al pueblo que sale a denunciar este sistema injusto!, ¡a reivindicar nuestro derecho a una vida mejor!

Que la crisis la paguen los patrones

Colectivo Trazando Senderos (TRASEN)
Construyendo Organización Estudiantil y Popular


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11 de abril de 2009

Ley de Fortalecimiento a la educacion publica: mas de lo mismo.

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Tras los últimos estallidos estudiantiles que han denunciado los problemas estructurales de nuestro sistema educativo, ya nadie puede sostener que exista igualdad de condiciones entre la educación pública y la privada. El sistema público está en decadencia y las cifras lo corroboran: en 1981, los colegios municipales poseían el 78% de los estudiantes del país; en el 2007 esa cifra había disminuido al 45%. En este contexto, se propone una la ley para fortalecer la educación publica (LEP) –que operaría dentro de los marcos establecidos por la LGE-, basada en el diagnostico de la necesidad de generar una educación pública de calidad y que logre entregar igualdad de oportunidades.

¿Podrá este proyecto de ley podrá resolver la desigualdad de condiciones en la educación actual?

Lo novedoso del proyecto consiste en instalar una nueva arquitectura de funcionamiento dentro del MINEDUC, creando dos organismos: por una parte, está el Servicio Nacional de Educación, que vendría a prestar apoyo educativo a los sostenedores públicos y a velar por el mejoramiento de la calidad en el servicio educativo, además de ejecutar las políticas y planes que vengan desde el ministerio. Y por otro lado, están las Corporaciones Locales de Educación Pública, establecidas en un territorio definido que puede comprender una o más comunas. Ellas pasarán a ser las sostenedoras de los colegios de la zona, serán quienes contraten y despidan a los trabajadores –profesores, auxiliares, etc.-, y también administrarán los colegios y por ende los dineros. Lo novedoso, es que estas corporaciones en cuanto sostenedores deben prestar una educación gratuita, es decir, no pueden lucrar. El problema, es que esta regulación se le impone sólo a los sostenedores de escuelas públicas, permitiendo que los sostenedores de colegios particulares–subvencionados (que concentran el 47% de la matrícula del país) puedan seguir lucrando con los recursos del estado, y de paso con las esperanzas de miles de familias.

Además, las municipalidades que tienen colegios públicos exitosos, es decir, las más ricas, podrán constituirse a sí mismas como una corporación. Con esta nueva manera de administrar los colegios, de ninguna manera se apunta a terminar con la segmentación social de nuestro sistema educativo: seguirán existiendo colegios buenos en barrios ricos, y colegios malos en barrios pobres.

Sabemos que la segmentación social se produce desde el momento en que a los colegios se les permite seleccionar a sus estudiantes: al respecto, la LEP plantea que los colegios públicos no podrán seleccionar… salvo el caso de los establecimientos reconocidos por su excelencia (los emblemáticos), o en el caso de que existan más postulantes que matrículas disponibles… pareciera que estamos ante una broma de mal gusto.

Económicamente, se podría argumentar que esta nueva ley permite mejorar el problema de la gestión. Sin embargo, el financiamiento estipulado por la nueva ley es de 1,2 UTM ($40.000 aprox.) por alumno matriculado. Con eso, no es mucho lo que se puede hacer. Un tema aparte, es que la LEP no considera la participación de los apoderados, los vecinos o los estudiantes en la toma de decisiones acerca de las orientaciones de los colegios, ni tampoco recoge las demandas de fondo que ha venido el movimiento estudiantil, sino que incluso las transforma: con la promulgación la LGE y de la LEP vemos como el concepto de calidad, que fuera uno de los ejes centrales de la demanda generalizada durante la movilización del 2006, es apropiado y dotado de contenido por el mismo modelo al que criticamos, permitiendo legitimar todos estos proyectos de ley.

Así, seguirán imperando criterios “tecnocráticos” en la educación, seguirá la represión al interior de los colegios, y lo que es aún más dramático, con esta “nueva” educación pública, el mito de la movilidad social seguirá siendo eso: sólo un mito. Nuestro sistema educativo, lejos de orientarse hacia corregir las diferencias socio-económicas de origen, las seguirá reproduciendo.

¿Por qué esta ley podría ser un tema importante para los universitarios?

Es necesario que consideremos este tema desde una perspectiva, entendiendo que es un tema nacional en cuanto no afecta sólo a los estudiantes secundarios, sino también a los profesores, y a todas las familias del país que aspiran a que tengamos una buena educación pública.

Surge entonces la necesidad de estar atentos y alertas respecto a esta coyuntura nacional que probablemente se planteará como una demanda no sólo por parte de los estudiantes, sino también de los profesores (que además están peleando por el estatuto docente y la deuda histórica). Debemos cuidarnos de que tanto la derecha como algunos sectores de izquierda busquen instrumentalizar esta ley para realizar acuerdos con la concertación, en víspera de unas elecciones presidenciales y parlamentarias en donde hay mucho por ganar y por perder. Pero lo más importante, es tener claro que propuestas como la LGE o la LEP no surgen al beneplácito de las autoridades, sino que son efectivos instrumentos para acallar al movimiento social que se levantaba contra los pilares del actual sistema educativo, de un modo tal que las soluciones se dan dentro del mismo sistema, maquillándolo por aquí y por allá para tranquilizar las aguas y de paso evitar que se plantee una transformación radical en nuestra injusta sociedad.

Ante este gradual cierre del modelo y del debate, nuestro deber es seguir buscando y evidenciando aquellos elementos que muestran las contradicciones de nuestro desigual sistema educativo, enmarcado en el contexto de un país regido por un deshumanizante sistema neoliberal en donde unos pocos viven producto de la pobreza de muchos. Nuestro deber, es seguir dando la pelea por una mejor educación publica, de calidad y al servicio de los trabajadores y el pueblo.

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4 de abril de 2009

29 de Marzo, dia del Joven Combatiente.

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Como todos saben, ayer fue el día del joven combatiente. La televisión ha cumplido con su habitual tarea de distorsionar el sentido de una fecha emblemática, y actualmente ya es difícil para muchos de nuestros conocidos, o incluso nuestras familias, disociar este día de las imágenes que nos muestran de niños y mocosos haciendo desordenes aparentemente sin sentido. Entre el espectáculo tan lleno de fuego, barricadas y nobles carabineros sufriendo los embates de descontrolados delincuentes, se va olvidando quienes fueron asesinados un día como este, quienes los mataron a sangre fría y, especialmente, el por qué de un acto tan cobarde.

Y es que la televisión sabe hacer su trabajo, y no nos extrañemos si un buen día los chilenos olvidamos también por qué pasó lo que pasó el 11 de Septiembre… No queremos acá repetir la historia de la muerte de los hermanos Vergara Toledo, en otras páginas podrás encontrarla con lujo de detalles y podrás apretar los puños de impotencia. Acá, en cambio, queremos pedir unos minutos de tu tiempo para reflexionar sobre el tema de fondo, lo que los hermanos Vergara hubieran querido que todos recordemos: la idea que hay tras la consigna de la juventud combatiente y la necesidad de su existencia.


La muerte de los Hermanos Vergara y la transición pactada a la democracia

Rafael y Eduardo Vergara eran militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, organización que se oponía con fuerza a la dictadura, y que contaba con una base social de apoyo que difícilmente hoy podríamos ver en alguna organización de izquierda. Era sin duda un problema para el poder, y esto se hacía palpable en el ensañamiento con que torturaban a todos sus miembros si lograban capturarlos. La lucha que daban, más que por la democracia, era por un levantamiento popular capaz de derrotar (y no negociar con) la dictadura e imponer las demandas de las mayorías que hasta el día de hoy siguen esperando. Ese era el ejemplo de lucha que daban, en tiempos que aquello podía costar ni más ni menos que la vida.

Creemos que se debe tomar a los Vergara como un ejemplo de continuidad en la lucha revolucionaria, por sobre los acuerdos cupulares que pactan democracias a la medida de los ricos. Sería injusto, por lo mismo, no recordar hoy a otros tantos compañeros jóvenes y valientes que representaron los mismos ideales y que, siendo asesinados del mismo modo, no tienen un día dedicado a ellos; más aun, por la situación en que se encuentra nuestro país, debemos recordar a los jóvenes combatientes asesinados cobardemente en democracia, y recubiertos por las manoseadas palabras del terrorismo y la delincuencia.

Uno de aquellos compañeros caídos en democracia era Pedro Ortiz, estudiante de sociología en la Chile y acribillado en 1992, a quien se honra en el auditorio de la facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile y cuya muerte está cubierta de la misma clase de mentiras con que nos embaucaron en esta transición que no es nuestra, que no quisimos ni inventamos. Entre esas infamias debemos incluir, por supuesto, el silencio de autoridades y movimientos políticos de izquierda que funcionaban al interior de la Facultad, e incluso de la comunidad universitaria en general. Murió un estudiante de nuestra Universidad, murió un joven combatiente y preso político, murió con 15 disparos en el cuerpo y rematado de 2 disparos en la cabeza, y murió sólo. Se sumó a otros tantos asesinados hasta entonces, muertos por soñar que la sociedad podía y debía ser diferente, por entender que la democracia sin justicia social no tenía sentido.

La Juventud Rebelde como ejemplo de acción
Nadie negará que falta mucho por avanzar para construir un horizonte revolucionario, y que la juventud muchas veces se encuentra presa de la ideología individualista de hoy. Sin embargo, son jóvenes quienes han dado grandes ejemplos de lucha social por recuperar lo que nos pertenece; el movimiento estudiantil - a pesar de sus desórdenes internos y los constantes intentos de cooptación por aquellos que quieren un puñado de votos más- ha logrado en varias oportunidades ser el depositario de las esperanzas del pueblo y de que el cambio social es posible y necesario.

Hoy, es la vitalidad que los hermanos Vergara tenían como Jóvenes Combatientes la que intentamos reflejar en cada asamblea, discusión o movilización que busca enfrentar a la burda y sonriente gerontocracia que hoy nos gobierna o que busca repetir fracasadas fórmulas para llegar al parlamento haciéndole el juego a los mismos de siempre.
Ser joven combatiente tiene poco que ver con echarnos un arma al hombro y salir a devolver las balas con que mataron a los nuestros, pero mucho menos tiene que ver con quedarnos de brazos cruzados ante las injusticias sociales y las desigualdades que vemos día a día. Ser joven combatiente es tener conciencia, es solidaridad, es rebeldía, es organización, es iniciativa. Es pasar a la ofensiva y darle cara al poder con la fuerza que da la única forma de organización real, la que se levanta desde abajo.

El joven combatiente de hoy lo vemos en el dirigente de base, quien insta a sus compañeros a discutir, a protestar, a construir y utilizar el poder que la organización de base construye. Ser joven combatiente es lucha, por el pueblo, por nosotros: por los compañeros que ya no están, pero especialmente por los que siguen vivos.

¡Seamos jóvenes combatientes: a fortalecer y multiplicar la organización estudiantil!

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14 de marzo de 2009

Boletin Plataforma Colectiva Marzo 2009

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¿Que es Plataforma Colectiva?

Somos un Grupo de Trabajo llamado “Plataforma Colectiva”, que incluye a estudiantes que confluyen desde distintas miradas y trabajos político-sociales con el objetivo de que con la unidad de una izquierda distinta, que se sustente en el trabajo de base y dándole la cara a nuestros compañeros, pueda generar una plataforma de organización y lucha para construir una nueva facultad.

Por lo tanto la razón que nos motiva a organizarnos se relaciona con la convicción de que nuestra facultad deje de estar enclaustrada en las lógicas mercantiles a las que ha sido llevada y que avance más allá de su actual carácter contemplativo. Las ciencias sociales están “cruzadas” de política y vemos como hoy nuestras disciplinas sirven más para el actual proyecto hegemónico que para una transformación de todos nuestros espacios de vida.


No es muy difícil darnos cuenta que estamos muy lejos de ser la facultad de Ciencias Sociales que el país necesita, es por esto que para nosotros es claro que tenemos que empujar nuestras disciplinas hacia una nueva dirección; una que apunte hacia las problemáticas que aquejan a la gran mayoría de nuestro país y que nos aporte los elementos necesarios para poder abordar de mejor forma las desigualdades existentes en él. El desafío está en hacernos cargo como estudiantes de esta pelea, de hacer los cambios necesarios, de aportar y construir la facultad de ciencias sociales que tanto necesitamos. No sólo en relación a una mejora en la gestión de nuestro espacio, sino también a que seamos un actor social activo, que no sólo estudia los fenómenos sociales, sino uno que también tiene un rol relevante en el desarrollo y ejecución de la transformación de fondo de nuestra sociedad.

Te invitamos a sumarte a esta iniciativa, a ser parte de las Escuelas Estudiantiles que estamos planificando, a la pega en las carreras y a las distintas discusiones que demos en nuestra facultad. La Universidad se cambia con estudiantes, funcionarios y académicos organizados y para eso si que no hay atajos… el camino se construye a mano y sin permiso.

Revisa el Boletin plataforma colectiva en el siguiente link:

http://jgm.uchile.googlepages.com/Boletin_P...pdf

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Boletin Trasen Marzo 2009

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Con este boletín hemos querido presentarnos, con el objeto de que sepas qué somos y cuáles son nuestras posturas, nuestros objetivos. Obviamente nuestro trabajo político no se agota en estas palabras, hay un montón de pegas que hacer, en las asambleas, en organizaciones sociales y desde nuestra propia intervención.

Date un tiempo para conocer las distintas organizaciones, sobre todo en cómo plasman en la práctica real y cotidiana sus proyectos. De todos modos te invitamos a conocernos, a contactarte con nosotros, pregúntanos tus dudas, expresa tus inquietudes o tus observaciones críticas. Estamos abiertos al debate y al trabajo concreto. En estos pocos años hemos apostado a plasmar nuestros sueños en la realidad y hemos ido avanzando, paso a paso, con decisión, aprendiendo en la acción permanente que realizamos día a día en nuestros espacios.

Te invitamos pues, a ser parte de este sendero que juntos vamos trazando al andar.

Para revisar el boletin has click en el siguiente link:

http://jgm.uchile.googlepages.com/Trazos_marzo_2009_sociales.pdf

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